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miércoles, agosto 09, 2006

Fotos y Recuerdos

Anoche estaba buscando unos documentos, que por cierto es el informe de notas de J de Kinder y no lo encuentro. Pero de eso no es que les quiero comentar sino que buscando en mis gavetas me topé con un álbum de fotos de J. En ese álbum tengo fotos desde el momento del parto hasta la más reciente que le hemos tomado a J.

Anoche estaba analizando estas fotos con detenimiento pues ahora que uno conoce mucho más de las características y de la condición de J, uno puede descubrir ciertos detalles que antes pasaban por desapercibido.

Miraba unas fotos de J cuando tenía 2 meses de nacido y se las tomamos precisamente la víspera de noche buena. J solo tuvo aspecto de recién nacido yo diría que el primer mes de vida. J siempre fue un bebé grande y siempre se veía mucho más maduro para su edad. Pues en estas fotos de navidad, J tenía apenas 2 meses y parece un bebe de 4, no solo por su tamaño sino por el gesto de su cara que siempre fue raro. En todas, J sale mirando hacia al lado a un punto fijo. Continué mirando otras fotos que se le tomaron después de navidad y en casi todas J sale mirando de lado, nunca a la persona que le toma la foto. El solo sale sonriendo en las fotos cuando bebé pues según fue creciendo, sale serio.

Llegué a las fotos del Bautismo y cuando las vi recordé un detalle que ya daba la alarma. J fue bautizado cuando tenía cerca de un año. El hermano de Francisco y nosotros decidimos bautizar a J y a sus primitos, lo gemelos, a la misma vez. J y los gemelos solo se llevan un mes de diferencia en la edad. Pues el Bautismo fue en San Juan pues para aquel tiempo el hermano de Francisco vivía por allá.

Recuerdo que mi comadre le compró a J una ropa preciosa, digno que un príncipe. Yo no vestí a J hasta que llegamos a la Iglesia y cerca de la hora de comenzar la ceremonia. Ese día bautizaron como a mil muchachos, es broma pero había como 30. Pues como eran tantos, el sacerdote se movía hacia los bancos donde estaban lo niños. Solo para echarle las aguas bautismales nos moveríamos al frente.

Desde que comenzó la ceremonia, J empezó a llorar y a llorar. Tratamos de todo, darle leche, darle su bobo, caminar con él, etc. J se callaba un ratito pero luego comenzaba a llorar nuevamente. Luego de un rato pensé que tal vez J se sentía incomodo por la ropa. Comencé quitándole los zapatos y rápido se calmó. Pero esto no duro mucho pues comenzó a llorar otra vez. Seguí quitándole piezas de ropa hasta que J quedó en pampers y camisilla. Y así fue bautizado. En todas las fotos que tenemos, de este evento tan importante en la vida de J, sus primos salen muy elegantemente vestidos y J sale solo con pamper y una camisilla. Gracias a Dios que aún conservo su ropa pues de lo contrario no recordaríamos como se vistió.

Pues ahora pensando en esto recuerdo que J siempre estaba incomodo cuando tenía mucha ropa. Yo creo que los primeros zapatos que J usó fueron los del bautismo pues siempre lo teníamos en medias. Claro está que J para ese tiempo no caminaba aún.

Según J fue creciendo, recuerdo que había cierta ropa que él no quería usar. Cuando comenzó en el cuido, el uniforme era polo amarilla y pantalón azul marino o mahón. Le compré sus polos, con el logo del centro, y sus pantalones. El tenía 2 años cuando comenzó en el cuido. La primera semana fue sin uniforme en lo que le gestionaba que le pusieran el logo a las polos. Recuerdo ese lunes que J comenzaba a usar su uniforme, se veía tan lindo pues parecía un nene grande con uniforme escolar. El martes, lo voy a vestir con su uniforme y cuando le fui a poner la polo, comenzó a pelear.

Pensé que era el ticket de la camisa pues a todo esto siempre teníamos que córtales los tickets, donde dice el tamaño, a las camisas de J pues no los soportaba. Cuando verifico la polo ya se los había cortado. Pues J comenzó con una de sus rabietas que para aquel tiempo eran bien fuertes. Opté por no ponerle la polo pues de lo contrario no sería un buen día en el cuido. Pues el miércoles, jueves y viernes ocurrió lo mismo. Intentaba todas la mañanas ponerle la polo del uniforme y le daba la rabieta.

Pasó el fin de semana y llegado el lunes intenté con la polo nuevamente. Para mi sorpresa se la dejó poner. Yo estaba feliz pues dije, ya se acostumbró a la bendita polo. El martes voy a vestirlo y la rabieta nuevamente y así ocurrió el resto de semana. Al lunes siguiente yo sin darme por vencida intento la polo otra vez y J se la deja poner. Así continuó el ciclo solo J se dejaba poner la polo los lunes. Ustedes pensaran que esta historia es insólita, pero les juro que es cierto.

Increíble que J tan pequeño se pusiera con esas, y ya para ese tiempo daba muestras de su rigidez en las rutinas pues ya el había determinado que solo los lunes el quería la polo amarilla.

J rechazaba ciertos materiales en la ropa. Notábamos que le molestaba y se rascaba mucho. En otra ocasión le dio con que no quería pantalones cortos. Ahora no quiere pantalones largos, “grandes’, como él dice. Las medias le molestan, especialmente en los dedos pequeños. Siempre que le pongo zapatos, en los primeros 5 minutos luego de puestos, se los quita varias veces pues según él le pican los pies.

Siempre es algo con este muchachito.

1 comentario:

Yoly dijo...

Hola Zasha y bienvenida al blog. Ya te contesté por e-mail y tú amiga me llamó por teléfono. Quedé en conseguirle información y orientarla. Cualquier cosa aquí estamos a tus órdenes y espero nos sigas visitando.

 
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