Estoy pasando por una situación la cual me ha obligado a reflexionar mucho. He pasado un pequeño susto y pues lo único que me pasaba por mi mente eran mis hijos pero en especial J.
El martes me dio algo muy raro mientras estaba en un Taller relacionado a mi trabajo. Estaba sentada y sentí que se me adormeció la pierna izquierda. Pensé que era por la posición en la cual estaba sentada y me acomodé mejor.
Al rato se me adormeció el brazo izquierdo y de pronto se me comenzó a nublar la vista hasta que me quedé momentáneamente sin visión y sentí un poquito de mareo. Esto duro unos segundos y regresó mi visión pero no sentía el brazo, yo trataba de moverlo pero era como si mi cerebro enviara la señal para moverlo, yo sabía que lo estaba moviendo pero todo era en cámara lenta, biiiiiiiiien lenta.
El resto del día me la pasé con el brazo adormecido y pues Francisco me decía que me fuera a sala de emergencia pero pues ya saben como es esto. Pensaba en que tenia que recoger a J ya que Kimberly estaba en la universidad haciendo un trabajo y saldría tarde. Francisco estaba trabajando y pues yo tenia que ir a cocinar y hacer miles de cosas así que no fui al hospital.
El miércoles me propuse ir a la oficina a terminar algo que tenia pendiente e irme al hospital, peeeeeeeero me surgieron mil cosas y pues terminé quedándome en el trabajo.
Un compañero de trabajo que tiene un hermano médico y una hermana enfermera me dijo que les consultaría mis síntomas. Su hermana le dijo que me fuera al hospital pues aparentaba ser algo cardiaco o neurológico (derrame).
Ya eran las 3:30 p.m. y pues no había quien recogiera a J pues Kimberly estaba en la Universidad y Francisco en su trabajo. Yo fui a recoger a J, coordinamos para yo llevarlo y dejarlo en casa de mis suegros y luego Kimberly o Francisco, el primero que llegara iría a recoger a J.
Entre una cosa y otra, recoger a J, llegar a la casa, bañarnos, darle comida a los perros, llevar a J a casa de mis suegros, llegué al hospital a las 6:00 p.m. El hospital estaba repleto pues con esto del virus de la fiebre porcina hay un pánico. Mucha gente en el hospital con catarros, etc.
Luego de largas horas de espera por fin me atiende el médico y le explico lo que me ocurrió. El me preguntó quien era mi médico de cabecera a lo que respondí, ummmmm no tengo. ¿Hace cuanto no te haces un buen chequeo médico?, ummmmm ni recuerdo. El médico me miro de reojo, levantó un ceja y me dijo “que bonito”.
Ya para entonces Francisco había llegado y estaba conmigo, GAD pues me enviaron a hacer prueba de enzimas, electrocardiograma, CT Scan y me inyectaron un medicamento que los utilizan cuando hay sospechas de un ataque cardiaco.
Me hicieron todos los exámenes y salieron todos bien aunque me explicaron que si hubo algún ataque se pueden detectar con estos exámenes en un periodo de 24 horas pero pues yo no fui inmediatamente.
El médico me indicó que esto era un aviso y que debía ver a un especialista para evaluaciones más detalladas.
Salimos del hospital a las 3:00 a.m. y ahora son las 9:22 a.m. y no he dormido. No he podido dormir pensando en J. Yo no le tengo miedo a nada pero me aterra la idea de que yo me enferme y que no pueda atender a J.
Yo siempre me he pensado que soy inmortal, que soy inmune a enfermedades y no necesariamente porque esté saludable sino porque siempre he pensado que no puedo darme ese lujo de enfermarme. Me he prohibido a mi misma enfermarme y pues como dicen por allí, “la mente es poderosa” y pues tal vez pensando de esta forma yo misma he contribuido a no enfermarme.
Si se fijan, los que llevan años leyendo el Blog, se podrán dar cuenta que en rara ocasión han leído que yo he estado enferma y GAD ha sido así.
Sencillamente siento que mucha gente depende de mi, aunque cuento con la ayuda y apoyo de mi familia; Kimberly que me ayuda recogiendo a J en las tardes y cuando llega temprano ayuda cocinando, Francisco que se hace cargo de llevar a J a sus terapias, mi comadre que se hace cargo de J en la escuela, con todo y esto J depende mucho de mí.
Llevo un ajetreo increíble, mucha responsabilidad en el trabajo luego llego del trabajo y nos paro pues tengo mil cosas que hacer en la casa. Llego a cocinar cuando Kimberly no cocina, a velar que J estudie o haga sus trabajos de la escuela, bañar a J, velar que como, planchar la ropa que usamos al otro día, lavar ropa cuando es necesario, atender los animales, etc. En la mañana me tengo que levantar muy temprano pues tengo que estar detrás de J para cepillarle los dientes, vestirlo, darle desayuno además de yo prepararme y vestirme. Todas estas cosas antes de las 6:00 a.m. Por ende tampoco no duermo muy bien que digamos.
Pero he decidido que tengo que sentarme y pensar como puedo hacer de mi vida una menos ajetreada y llevadera. Es difícil pues no tengo muchas opciones disponibles, tengo que trabajar pues económicamente no puedo darme el lujo de dejar mi trabajo. Respecto a J, no hay mucho ajuste que se pueda hacer ni tampoco con las responsabilidades de la casa. Por más que le doy vueltas al asunto, me quedo en el mismo lugar pues no encuentro una solución.
Lo que si es obligado y no puedo dejar de hacer es ir a un médico, tengo que cuidarme pues J y mi familia me necesitan.
Amigo@s les pido de favor que aprendan de este relato. Se que much@s de ustedes están en mi misma situación, que dedican todo el tiempo a sus hijos con necesidades especiales y se olvidan que uno no es una máquina, que también nuestra maquinaria pueda fallar y cuando menos uno los espera.
En estos momentos estoy en casa, no fui a trabajar y estoy con J pues no lo envié a la escuela. Como llegamos hace un rato del hospital estoy demasiado cansada, me duela la cabeza, aún el brazo me molesta y decidí quedarme descansando.
Mientras escribo esto, me la he pasado triste pues ahora estoy muy preocupada y me la he pasado pensando en J. Me aterra la idea de que un día ocurra algo y no pueda atenderlo. A la misma vez pienso que tengo que dedicar de ahora en adelante a trabajar fuerte para lograr más independencia en él pero COMO LO HAGO.
Necesitaría días de 100 horas. Necesitaría más fuerzas, más energía, más vitalidad y aunque no lo quiera aceptar ya esto me está faltando. Aunque mi mente, mi espíritu y mi apariencia (eso me dicen muchos, jajaja) no reflejen tanta edad o maltrato la realidad es que mi sistema, mi maquinaria, mi organismo no se aguantan en el proceso normal de envejecimiento y ya me lo están dejando saber.
Hace falta pasar una susto para un pensar que nos somos inmortales.....
El martes me dio algo muy raro mientras estaba en un Taller relacionado a mi trabajo. Estaba sentada y sentí que se me adormeció la pierna izquierda. Pensé que era por la posición en la cual estaba sentada y me acomodé mejor.
Al rato se me adormeció el brazo izquierdo y de pronto se me comenzó a nublar la vista hasta que me quedé momentáneamente sin visión y sentí un poquito de mareo. Esto duro unos segundos y regresó mi visión pero no sentía el brazo, yo trataba de moverlo pero era como si mi cerebro enviara la señal para moverlo, yo sabía que lo estaba moviendo pero todo era en cámara lenta, biiiiiiiiien lenta.
El resto del día me la pasé con el brazo adormecido y pues Francisco me decía que me fuera a sala de emergencia pero pues ya saben como es esto. Pensaba en que tenia que recoger a J ya que Kimberly estaba en la universidad haciendo un trabajo y saldría tarde. Francisco estaba trabajando y pues yo tenia que ir a cocinar y hacer miles de cosas así que no fui al hospital.
El miércoles me propuse ir a la oficina a terminar algo que tenia pendiente e irme al hospital, peeeeeeeero me surgieron mil cosas y pues terminé quedándome en el trabajo.
Un compañero de trabajo que tiene un hermano médico y una hermana enfermera me dijo que les consultaría mis síntomas. Su hermana le dijo que me fuera al hospital pues aparentaba ser algo cardiaco o neurológico (derrame).
Ya eran las 3:30 p.m. y pues no había quien recogiera a J pues Kimberly estaba en la Universidad y Francisco en su trabajo. Yo fui a recoger a J, coordinamos para yo llevarlo y dejarlo en casa de mis suegros y luego Kimberly o Francisco, el primero que llegara iría a recoger a J.
Entre una cosa y otra, recoger a J, llegar a la casa, bañarnos, darle comida a los perros, llevar a J a casa de mis suegros, llegué al hospital a las 6:00 p.m. El hospital estaba repleto pues con esto del virus de la fiebre porcina hay un pánico. Mucha gente en el hospital con catarros, etc.
Luego de largas horas de espera por fin me atiende el médico y le explico lo que me ocurrió. El me preguntó quien era mi médico de cabecera a lo que respondí, ummmmm no tengo. ¿Hace cuanto no te haces un buen chequeo médico?, ummmmm ni recuerdo. El médico me miro de reojo, levantó un ceja y me dijo “que bonito”.
Ya para entonces Francisco había llegado y estaba conmigo, GAD pues me enviaron a hacer prueba de enzimas, electrocardiograma, CT Scan y me inyectaron un medicamento que los utilizan cuando hay sospechas de un ataque cardiaco.
Me hicieron todos los exámenes y salieron todos bien aunque me explicaron que si hubo algún ataque se pueden detectar con estos exámenes en un periodo de 24 horas pero pues yo no fui inmediatamente.
El médico me indicó que esto era un aviso y que debía ver a un especialista para evaluaciones más detalladas.
Salimos del hospital a las 3:00 a.m. y ahora son las 9:22 a.m. y no he dormido. No he podido dormir pensando en J. Yo no le tengo miedo a nada pero me aterra la idea de que yo me enferme y que no pueda atender a J.
Yo siempre me he pensado que soy inmortal, que soy inmune a enfermedades y no necesariamente porque esté saludable sino porque siempre he pensado que no puedo darme ese lujo de enfermarme. Me he prohibido a mi misma enfermarme y pues como dicen por allí, “la mente es poderosa” y pues tal vez pensando de esta forma yo misma he contribuido a no enfermarme.
Si se fijan, los que llevan años leyendo el Blog, se podrán dar cuenta que en rara ocasión han leído que yo he estado enferma y GAD ha sido así.
Sencillamente siento que mucha gente depende de mi, aunque cuento con la ayuda y apoyo de mi familia; Kimberly que me ayuda recogiendo a J en las tardes y cuando llega temprano ayuda cocinando, Francisco que se hace cargo de llevar a J a sus terapias, mi comadre que se hace cargo de J en la escuela, con todo y esto J depende mucho de mí.
Llevo un ajetreo increíble, mucha responsabilidad en el trabajo luego llego del trabajo y nos paro pues tengo mil cosas que hacer en la casa. Llego a cocinar cuando Kimberly no cocina, a velar que J estudie o haga sus trabajos de la escuela, bañar a J, velar que como, planchar la ropa que usamos al otro día, lavar ropa cuando es necesario, atender los animales, etc. En la mañana me tengo que levantar muy temprano pues tengo que estar detrás de J para cepillarle los dientes, vestirlo, darle desayuno además de yo prepararme y vestirme. Todas estas cosas antes de las 6:00 a.m. Por ende tampoco no duermo muy bien que digamos.
Pero he decidido que tengo que sentarme y pensar como puedo hacer de mi vida una menos ajetreada y llevadera. Es difícil pues no tengo muchas opciones disponibles, tengo que trabajar pues económicamente no puedo darme el lujo de dejar mi trabajo. Respecto a J, no hay mucho ajuste que se pueda hacer ni tampoco con las responsabilidades de la casa. Por más que le doy vueltas al asunto, me quedo en el mismo lugar pues no encuentro una solución.
Lo que si es obligado y no puedo dejar de hacer es ir a un médico, tengo que cuidarme pues J y mi familia me necesitan.
Amigo@s les pido de favor que aprendan de este relato. Se que much@s de ustedes están en mi misma situación, que dedican todo el tiempo a sus hijos con necesidades especiales y se olvidan que uno no es una máquina, que también nuestra maquinaria pueda fallar y cuando menos uno los espera.
En estos momentos estoy en casa, no fui a trabajar y estoy con J pues no lo envié a la escuela. Como llegamos hace un rato del hospital estoy demasiado cansada, me duela la cabeza, aún el brazo me molesta y decidí quedarme descansando.
Mientras escribo esto, me la he pasado triste pues ahora estoy muy preocupada y me la he pasado pensando en J. Me aterra la idea de que un día ocurra algo y no pueda atenderlo. A la misma vez pienso que tengo que dedicar de ahora en adelante a trabajar fuerte para lograr más independencia en él pero COMO LO HAGO.
Necesitaría días de 100 horas. Necesitaría más fuerzas, más energía, más vitalidad y aunque no lo quiera aceptar ya esto me está faltando. Aunque mi mente, mi espíritu y mi apariencia (eso me dicen muchos, jajaja) no reflejen tanta edad o maltrato la realidad es que mi sistema, mi maquinaria, mi organismo no se aguantan en el proceso normal de envejecimiento y ya me lo están dejando saber.
Hace falta pasar una susto para un pensar que nos somos inmortales.....