Los Juegos Electrónicos

Antes de ir al tema rapidito les quiero comentar que a J le continúa ocurriendo lo de estar buscando algo y molestarse por que no lo encuentra y lo tiene en la mano, en la falda o a su lado. Esto pienso se debe a su problema de focalización o concentración. Por lo general cuando esto le ocurre, él está haciendo otra cosa como; jugando con su juego electrónico, viendo la tele o perdido pensando o mirando algo.

Hablando de juegos electrónicos, este chico está tremendo. Recuerdan el último juego de Mario que le compramos para su DS. Pues el otro día, durante unos de los ejercicios que hago con él para que establezca una conversación (recomendaciones del Sr. Carbonell), le pedí prestado el DS para jugar Mario y que él me ayudara. Cuando yo juego le hago muchas preguntas a J. Por ejemplo, ¿quién es ese? ¿cómo brinco? ¿cómo hago para eliminar….?, ¿por donde tengo que ir? etc, etc, etc. No se imaginan lo mucho que logro que J me hable con esto del juego.

Pues déjenme decirles que no puede pasar del primer mundo y J ya casi está terminando el juego. Tuve que dejar de jugar pues como no lograba pasar la primera etapa, ya me estaba dando una rabieta a mí.

Tengo una opinión muy personal que quiero compartir con ustedes. Muchos dicen que los juegos electrónicos no son buenos para los niños, que crean adicción etc., etc. ect. Yo pienso que cada caso se debe evaluar individualmente. En el caso de J y aunque ustedes no lo crean, los juegos electrónicos han sido muy favorables. Cuando J juega, demuestra emociones tales como; coraje, alegría, sorpresa etc. En circunstancias normales, o en nuestro diario vivir J no demuestra muchas emociones. También cuando J juega habla en cantidad aunque repite frases de los personajes del juego pero, esto cuenta como lenguaje.

También se nos acerca y nos dice lo que ocurre en el juego. Hemos encontrado en los juegos electrónicos la forma de que J se conecte con nosotros y con otras personas pues si alguien le da tema de algún juego, él presta atención y habla. Poco a poco hemos ido utilizando esto a nuestro favor pues ya podemos hablar un poco más de otras cosas.

A las películas y programas de muñequitos que J ve desde pequeño, le debemos que J aprendiera a escribir solo. Recuerdo un día que J tenía 2 ½ años y tenía una libreta y en ella había escrito nombres de películas y personajes de sus muñequitos favoritos. Una vez casi me desmayo pues de memoria escribió Madagascar (recurrí a la Internet para poder escribir esta palabra ahora). Y ahora, aunque J detesta escribir, agarra su Magnadoodle y escribe los nombres de los personajes de los juegos.

A los juegos electrónicos le debemos que J esté interesado para lo que consideramos es lectura. J “reconoce” textos desde muy pequeño y esto también lo aprendió solo. Cuando a J se le compra un juego, lo primero que hace es sacar el libro de instrucciones leerlo (hojearlo) de principio a fin y luego agarra el juego y sale jugando como si fuese un experto en ese juego. A J le encanta leer (hojear) los libros de sus juegos electrónicos y de vez en cuando le da con un libro en específico y carga con el para todos lados.

En adición, el utilizar los controles de los juegos electrónicos le han fortalecido la manos a J pues cuando J era pequeñito no tenia fuerzas ni para agarrar un vaso. J no era muy diestro con el uso de sus manos y aún tiene ciertos problemas con el agarre de lápiz y ciertas destrezas. En una evaluación además de indicarme que J tenía hipotonía me dijeron que tenia hiperextensión (no me pregunten) en los dedos.

J también ha desarrollado una agudeza visual increíble pues a J no se le pasa una y vez cosas que nosotros no podemos. Así que yo considero, y vuelvo a recalcar que esto es mi opinión muy personal, que a J en cierto modo los juegos electrónicos le han ayudado. Claro está, siempre bien monitoreado y midiendo el tiempo que emplea jugando. También haciendo una buena selección de los juegos que se le compran.

En estos días compramos un juego que se llama “Brain Age”. Este juego se basa en una rutina de ejercicios mentales que se hace diariamente para desarrollar ciertas áreas del cerebro. Para jugar el juego en necesario saber leer, sumar, restar y multiplicar. También requiere de rapidez mental y buena memoria. Lo compramos más bien para nosotros pero J se ha puesto a jugar con el e inclusive el otro día ayudó a Kimberly en una parte.

El juego tiene una parte en que salen cierta cantidad de siluetas de personas. Las instrucciones indican que uno debe contar las siluetas que se presentan inicialmente. Luego aparece una casa y las siluetas quedan dentro de la casa. El juego se basa en que hay que estar pendiente a cuanta gente sale y entra a la casa y al final hay que escribir el número de personas que quedaron dentro de la casa. El juego comienza lento pero ya al final las personas entran y salen tan rápido que es difícil llevar la cuenta.

Kimberly y su tía estaban jugando y J observándolas. Cuando llegó el momento de escribir la contestación de cuantas persona quedaron en la casa, ellas fallaron. Creo que J les decía 1 y ellas no le hacían caso. Cada vez que ellas escribían un número la máquina le indicaba que la contestación estaba incorrecta. A todo esto J les seguía diciendo 1. Pues cuando vieron que no la pegaban decidieron hacerle caso a J y escribieron 1 y BINGO, esa era la respuesta. Si le hubiesen hecho caso a J desde un principio no hubiesen perdido tanto tiempo. Increíble.

Este juego según se va jugando y haciendo los “entrenamientos diarios” le va indicando a uno la edad de su cerebro y como el cerebro va progresando a medida que uno lo ejercita. La primera vez a mi me dio un resultado de una edad de 80 en mi cerebro, ahora voy 40.

Les recomiendo este juego es muy bueno para los adultos, bueno eso pensábamos pero ya J está entendiendo el juego y en ocasiones lo he visto entretenido jugándolo.