La Polo

Ahora si les puedo escribir sobre lo ocurrido ayer con Super J, lo agarré haciendo trampa. J otra vez está teniendo sus malos humores, no tanto como antes pero los tiene. Al principio de la dieta, notamos algunos cambios especialmente en la Dermatitis. Pues en estos días esta grave otra vez, inclusive no hemos podido darle la terapia, de Organización Neurológica, pues tiene la piel en algunas áreas en carne viva. Como en la terapia hay que tocarlo mucho y aplicarle frió y caliente, él se queja de que le duele y hemos decidido esperar a que se mejore (mañana tenemos cita en el centro).

Cuando recojo a Kimberly y a J ayer en la tarde, noté que J tenía la camisa súper sucia. En su camisa estaba la evidencia, tenía manchas de Cheetos. Los cheetos = alimento prohibido para J. Nuestra teoría de que J está comiendo cosas fuera de la dieta fue comprobada. Me imagino que le pide a otros niños o quien sabe si hace trueque con su merienda. Esto es un poco difícil de controlar pues la maestra tiene control de lo que come en el comedor y yo tengo control de las meriendas que le envió, pero no tenemos control si algún niño le da algo de comer.

Pero mi gente allí no termina la cosa. Cuando veo las manchas en la camisa de J, le pregunto ¿J que pasó con tu camisa que está sucia? ERROOOOOOOR, pues hasta ese momento él no se había percatado de que estaba sucio y allí estalló la Segunda Guerra Mundial. J no soporta estar sucio y como su camisa estaba asquerosa, quería quitársela y que le pusiera otra. Todo esto ocurría mientras yo iba manejando hacia mi casa. J piensa que mi carro es supermercado, lavandería, tienda de juguetes, ah y baño. Tiene la costumbre de pedir unas cosas mientras vamos en el carro que ni les cuento. El me pide comida, me pide usar al baño etc., y no comprende que tiene que esperar a llegar a la casa.

Yo le dije como le digo mil veces “tienes que esperar a llegar a casa” pero noooooooo, él quería de todas formas quitarse la camisa en ese momento. Yo le dije que si quería quitarse la camisa tenia que hacerlo él pues obviamente yo iba manejando y Kimberly al frente conmigo. Además, yo quería que lo hiciera él y vi la oportunidad para obligarlo a quitársela. Verán, J todavía tiene problemas con vestirse y desvestirse. Como con muchas otras cosas, sencillamente se niega a hacerlo. Luego de un rato de gritos y llantos, comenzó a quitarse la camisa él solito.

Ahora viene la parte buena. Kimberly y yo lo estábamos observando por los espejos y me doy cuenta que tiene abrochado el botón de la polo. Efectivamente cuando logró llevarse la polo hasta el cuello, se le atoró en la cabeza (que no es tan pequeña). Se le hizo un enredo entre camisa, brazos y cabeza que parecía que tenía una camisa de fuerzas puesta en el cuello. Seguimos observándolo y él peleando para sacarse la camisa a la misma vez que gritaba enojado. Poco a poco logró ir subiendo la camisa y se le volvió a atorar esta vez en el área de los ojos. Parecía un chino, pues según halaba la camisa, sus ojos se achinaban. Su cara estaba bien roja, por el coraje que tenia y por halarse tanto la camisa. Pero gente ¡LO LOGRO!, J se quitó la camisa solito. Kimberly y yo nos reímos mucho pues luego de quitada la camisa, el pelo le quedó como un Troll.

Yo lo felicité por haberlo logrado y comencé con la cantaleta de” ves como tu puedes hacer la cosas ect, ect”. El tenia una cara de enojo que ni les digo y en una yo volteo a mirarlo y se pareció tanto al personaje de Club Sunchine de la sección de Mami por favor (que siempre termina diciendo “dame pan”) pues él me miro y me dijo “dame espagueti”.

No se pueden ganar todas, pero ahí le vamos.