Hay que Obedecer

Anoche ya cuando pensábamos que aunque el día había sido un poco difícil por la lluvia y todo lo demás y que terminaría tranquilo, J se encargó de hacer una de las suyas.

Todo comenzó porque no quería bañarse. Comenzó a llorar y pelear y si yo le decía te vas a bañar ahora, el decía a las 8:30 p.m. La cosa es que comenzó a pelear y decir que no se bañaba y como se estaba portando mal, Francisco le quitó el DS.

Luego de esto comenzó a gritar y llorar y no paraba. Con mil esfuerzos entre Francisco y yo lo llevamos al baño, le quitamos la ropa, lo metimos en la bañera, lo bañamos y todavía J continuaba gritando “no me voy a bañar”.

Cuando lo sacamos de bañar y lo sequé, entonces no se dejaba vestir y arrancó a correr sin ropa. Yo lo dejé pues sabia que tarde o temprano vendría a pedir la ropa pues no le gusta estar desnudo.

Se encerró en su cuarto y Kimberly trató de calmarlo y vestirlo pero no se dejó y se trepó en el sofá que hay en su cuarto. Yo le dije a Kimberly que lo dejara y lo ignorara. Al rato fui yo al cuarto y aunque tenía coraje aún, había dejado de llorar. Lo pude vestir pero comenzó nuevamente a pelear y pedir el DS.

Francisco le dijo que no iba a jugar pues se estaba portando mal. J se paró sobre una butaca que tengo en el cuarto. Sobre esta butaca había unos libros y papeles y J comenzó a decir “dame el DS o yo tiro esto al piso”, refiriéndose a un papel. Francisco y yo lo ignoramos todo el tiempo que estuvo allí y repitiendo lo mismo, tiró todo lo que estaba en la silla al piso.

Luego que tiró todo, se paró sobre su cama a seguir gritando cosas. Hasta comenzó con ecolalia. Yo me levanté de la cama a ir al baño y me dijo, “dame el DS” le contesté que no y me dijo “tu eres mala persona” y también se lo dijo a Francisco.

Ya cuando estábamos listos para acostarnos a dormir comencé a recoger lo que el había tirado al piso. Se me había quedado un sobre y J se bajó de su cama y dijo “se quedó esto” yo le dije “recógelo” entonces me dijo “NO PUEDES RECOGER YO TIRO OTRA VEZ”.

Aquí Francisco intervino, lo acostó pero J se sentó en la cama. Apagamos todas las luces y aunque no se movió de su cama no se acostaba. Al rato se bajó de su cama y se fue a la de nosotros, se acostó entre Francisco y yo y se quedó dormido. Creo que esta era su forma de decir, “lo siento por mi comportamiento”.

Esta mañana despertó como si nada y se fue tranquilo con Francisco rumbo a la casa de su madrina para luego irse a la escuela.

Esto que hicimos anoche de bañarlo en contra de su voluntad tenemos que hacerlo pues hay que demostrarle que aunque tenga coraje, llore, grite y patalee no se va a salir con la suya.