Otro Sábado Negro

Hoy el relato es súper largo pero es que hay mucho que contar.

Ayer Francisco se fue con J para la TH. Luego de un rato Francisco me llama al celular, no era hora de haberse terminado la TH de J. Cuando contesto me dice, “ya voy de camino”. Le pregunté que había pasado que salió tan temprano y me dijo “J se durmió en la terapia”.

Cuando llegan a la casa me explica que la terapista salió a la sala y lo mandó pasar dentro del cuarto de terapia. Cuando Francisco entra, J estaba profundamente dormido en el escritorio.

Francisco y yo estamos hablando sobre esto y de momento Francisco dice “J ven acá”. Yo veo que Francisco mira a J medio raro y luego me mira a mí y me dice “J tiene conjuntivitis”.

Inmediatamente miré a J y le vi el ojo rojo y sucio. Efectivamente, había algo raro con el ojo de J. No habíamos notado nada hasta ese momento.

Le digo a Francisco ¿y ahora que hacemos? Francisco me dice a esta hora, un sábado a las 3:00 p.m., no vamos a conseguir ningún médico así que tendremos que ir al hospital pues para completar mañana es día de fiesta.

Estábamos tratando de decidir donde llevar a J y se nos viene a la mente un CDT que hay en Guánica. Yo he llevado a Kimberly a este CDT en otras ocasiones y las veces que he ido, siempre hay muy poca gente.

Me fui a preparar para ir a llevar a J y cuando estoy lista voy al cuarto a decirle a Francisco que ya podíamos irnos y lo encontré acostado y dormido. Lo despierto y le digo “vamonos” y él me dice “llévalo tú que me siento mal”.

Le pregunto “¿qué tienes? Y me dice, “creo que fiebre”. Cuando lo toco estaba ardiendo en fiebre. Le dije que aprovechara para atenderse pero luego recordamos que allí no hacen laboratorios y lo referirían al hospital así que decidió quedarse acostado.

Me fui sola con J y todo el camino le hablaba a J explicándole que íbamos para el hospital. J me preguntaba que si lo iban a “pinchar”.

Cuando llegamos al CDT solo había una persona en la sala de espera. Hice el registro a las 4:03 p.m. Me senté con J y le explicaba que el médico solo iba a mirar su ojo y nada más. No habían pasado ni cinco minutos cuando llamaron a J para tomarle los vitales.

Se dejó poner el termómetro, tomar la presión y todo lo demás. Salimos a la sala de espera y llené record y antes de transcurridos 10 minutos, el médico estaba atendiendo a J.

Le miró el ojo y le preguntó a J, ¿qué te pasa amigo? J le dijo “me duele mi ojo”, que bien al médico si le dijo lo que le ocurría y a nosotros no nos había dicho que le dolía su ojo.

El médico me dijo que le recetaría unas gotas que son antibiótico y que le quitarían el dolor y picazón. Me dio la receta y nos fuimos.

Cerca del CDT hay una farmacia, así que decidí entrar. La farmacia estaba vacía, me dieron el medicamento y la licenciada me dice “tres gotas en el área afectada cada 8 horas”. Pagué el deducible y J y yo no fuimos para la casa.

Ya a las 5:00 p.m. yo estaba bajándome del carro en mi casa. Francisco me vio llegar y no lo podía creer, yo no lo podía creer. En una hora yo había llegado al CDT, atendieron a J, compré el medicamento y llegué a mi casa.

Peeeeeeeeeeeeero, como nosotros somos una familia especial, no todo es color de rosa.

Entramos a la casa y le entrego las gotas a Francisco para aplicárselas a J. Francisco agarra las gotas y me dice “oh, oh”. Le pregunto que ocurre y me dice “estas gotas son para el oído, no para los ojos”.

Cuando miro la caja y lo que dice el papel, efectivamente eran gotas para los oídos. Menos mal que nosotros siempre leemos la hoja informativa de los medicamentos antes de usarlos.

Agarré el teléfono y llamé a la farmacia. Me contesta la que me despachó el medicamento y le explico que mi hijo tiene conjuntivitis y le dieron algo para el oído. Ella me dijo que regresara a la farmacia que iba a llamar al médico para que le indicara el medicamento correcto. Así es que matan a la gente, cometiendo errores como estos.

Me monto en el carro y salgo para la farmacia, cuando llegué ya me tenían las gotas listas, me las dieron y regresé.

Las gotas son cada 8 horas así que decidimos esperar a que J se acostara para echárselas. A la hora de J acostarse, dejó que Francisco le echara la primera gota en el ojo y de allí en adelante fue un caos.

Me imagino que le ardió el medicamento y J se levantó y ya no dejó que le echáramos más ninguna. Estuvimos un rato tratando de razonar con él pero nada. Cuando le dijimos que tendríamos que aguantarlo comenzó a gritar y dijo “mami las echa”.

Yo agarré el frasco pero J no cumplió su palabra, tampoco dejó que yo se las aplicara. Llegó el momento que tuvimos que utilizar la fuerza, pero J bajo una rabieta o momento de tensión tiene más fuerza que nosotros.
Francisco logró inmovilizarlo pero yo no puede lograr que abriera el ojo o dejara de mover la cabeza. J se puso de una forma horrible, gritaba desesperado y hasta nos asustamos pues pensábamos que le podría ocurrir algo.

Sus gritos eran de pánico, una cosa desgarradora y horrible a la vez. Le dije a Francisco que lo soltara pues les juro que me dio miedo.

Cuando Francisco lo soltó J se fue y se sentó en el piso en una esquina, llorando y repitiendo sin cesar “NO ME TOQUE, NO ME TOQUE”. Lo repetía una y mil veces mientras se tapaba los oídos, daba vueltas sentado en el piso y hasta se metió en un huequito que hay entre la pared y mi cama.

Les confieso que cuando lo vi así, se me saltaron las lágrimas. Por un momento pensé que J había tenido una regresión grave. Pues estuvo repitiendo lo mismo y lo mismo por un laaaaargo rato.

Yo le hablaba y logré calmarlo. Le volví a explicar que tenia que dejarse poner el medicamento pero él se limitaba a decir que no y llorar. Luego de un rato se calmó pero no se dejaba poner las gotas.

Decidimos que había que aguantarlo otra vez. Francisco lo agarró y lo mismo, gritos desgarradores pero de momento J grito “YO SOLO’. Le pregunte ¿te la vas a dejar echar? y gritó ‘SI, SUELTAME”.

Dejé que se acostara y se tranquilizara un poco. Le prometí que no lo tocaría y esta vez coopero y se dejó echar las gotas, luego quedó profundamente dormido.

J tiene el ojo súper hinchado casi no lo puede abrir, y ya se le está pasando al otro. Cuando se levantó, esta mañana se dejó echar las gotas.

Francisco sigue con un poco de fiebre y le duele mucho la garganta. Esperará a mañana para atenderse en el hospital donde trabaja pues como es empleado lo atienden rápido.

No se cuando J podrá regresar a la escuela. Tiene los ojos horribles, menos mal que mañana no tiene clases. Y para colmo no se que ocurra con Tomatis pues le toca regresar el martes pero así no podré enviarlo a que contagie a los otros chicos.

Y yo, ya saben esto es como cuando mencionan piojos que rápido le pica la cabeza a uno. Pues a mi ya me pican los ojos.