Vivimos en Holanda

Bienvenidos a Holanda (publicado luego de este post) es algo que quería publicar hace tiempo pero siempre se me quedaba. Ya muchos de ustedes lo habrán leído pero para los que no, es de la autoría de Emily Pearl Kingsley. Ella lo escribió por que a menudo le preguntaban como era la experiencia de criar a un hijo con necesidades especiales. Kingsley también escribe libretos o guiones para los programas de “Sesame Street”

En el caso de Emily, ella tiene un hijo con Síndrome de Down. Pero su viaje a Holanda es el mismo viaje que emprendemos todos los padres que tenemos hijos con necesidades especiales.

A nosotros, como a muchos de ustedes que nos leen, nos ha tocado uno de estos viajes a Holanda. Este es un viaje que como dice Kingsley, nosotros no pedimos y tampoco estábamos preparados para viajar allí.

Ya yo había hecho dos viajes a Italia y fueron dos viajes encantadores, llenos de muchas satisfacciones. Por supuesto que en mi tercera vez quería regresar a Italia, un lugar que ya conocía muy bien y que la segunda vez que lo visité encontré cosas nueva y diferentes.

Estaba dispuesta a hacer que mi tercer viaje fuese distinto a los primeros dos. Distinto pues viajaría con otro acompañante y a una edad en la que los intereses en la vida habían cambiado y tenía otra perspectiva de lo que era la maternidad.

Cuando estuvimos listos para viajar, Dios cambió nuestro vuelo y nos eligió para el viaje a Holanda. Al principio pensábamos que habíamos aterrizado en Italia pero poco a poco comenzamos a darnos cuenta de que esa no era Italia.

A veces soy egoísta y pienso que si Dios me preguntara si quiero dejar a Holanda e ir a Italia le diría que si. Pero esto no ocurrirá, ya estamos en Holanda y allí permaneceremos. Así que lo mejor que hemos hecho es acostumbrarnos y aceptar a Holanda tal cual es.

Con su raras bellezas, no tan sofisticadas como las de Italia pero igual de bellas. Con clima demasiado variable al principio con muy pocos veranos y demasiados inviernos. Pero ya está mejorando el clima, tenemos primaveras y otoños.

No tendremos para disfrutar las obras de Miguel Angel, pero abundan las flores que nos brindan una belleza aunque más sencilla, pero para mi espectacular.

Tal vez Dios pensó que ya me había dado la oportunidad de viajar dos veces a Italia y no aproveché bien esos viajes. Así que decidió, que por ser el último viaje que emprendería, me enviaría a Holanda para que me perfeccionara en la maternidad y me convirtiera en el ser humano que él esperaba que yo fuese.

A todos ustedes que han viajado con nosotros a Holanda les recuerdo que esto es un viaje sin regreso ni derecho a devolución. Aprendan a amar a Holanda por lo que es, un país que a diario nos brindará nuevas sorpresas y lugares que visitar.

No tendrán un momento aburrido, diariamente llegan cientos de viajeros y se harán nuestros vecinos. Viajeros de distintas nacionalidades pero que tienen algo en común, el haber sido elegidos por Dios para estar en este país.

Para los que piensan viajar les deseo que su destino sea Italia. Pero si Dios los envía a Holanda, sepan que los estamos esperando para ayudarlos a que su estadía sea la mejor.

Yo no viajaré más y por este haber sido el último viaje, es el viaje más excitante de mi vida.

Yo amo a Holanda.