¿Qué Hacer?

¿Que hacer cuando tienes a tú hijo, que le tiene pánico hasta a una hormiguita, metido en la bañera, enjabonado de pie a cabeza y se mete una araña dentro de la bañera?

a- Ruegas que no se de cuenta que hay una araña grande con las patas súper largas, casi caminándole por lo pies.
b- Ruegas que la araña decida irse y aquí no pasó nada.
c- Lo entretienes y le sacas el jabón a toda prisa para sacarlo del baño.
d- Aunque ruegues que no se de cuenta esperas a que en cualquier momento la vea y salga gritando y corriendo de la bañera todo enjabonado.
e- Decides tomar acción.

Yo decidí tomar acción y mientras lo entretenía para que no viera la araña, con la regadera (tipo manguera) que uso para bañar a J, la forcé a que bajara por el desagüe de la bañera. J ni cuenta se dio, y no tuve que matar la araña.

¿Qué hacer cuando te llaman de la escuela y te dicen que tú hijo está con una rabieta?

a- Sales corriendo para la escuela a buscarlo.
b- Le explicas como manejarlo y que ellos trabajen con el muchacho.
c- Te hechas a llorar pues te sientes frustrada e impotente.
d- Le dices que lo sientes que estas trabajando y que traten de manejar la situación.

A estas alturas, yo le digo que lo siento que no puedo salir del trabajo y que traten de manejarlo. Ya yo les he explicado en múltiples ocasiones como controlarlo e inclusive el Sicólogo durante el COMPU orientó al personal sobre que hacer en caso de que a J le diera una rabieta.

Hoy J tuvo otra rabieta pues el lunes una niña le mencionó que hoy traería el juego de Mario que J tanto quiere y pues los padres de la niña no la dejaron llevarse el juego a la escuela. Yo pienso que J no entendió que la niña quiso decir que se lo prestaría y él entendió que se lo iba a regalar.

Como a las 11:00 a.m. el teléfono rojo de Batman recibió una llamada. Era mi comadre que me llamó a contarme que la llamaron a ella pues J estaba con una rabieta durante la clase de Inglés y la maestra (no la maestra de J) lo mandó a remover del salón. Llevaron a J a la oficina y llamaron a mi comadre.

Ella le dijo que lo manejaran como pudieran pues ella no podía dejar a su grupo solo. Me llamó para contarme lo sucedido y las dos coincidimos en lo mismo. A J le da un promedio de dos rabietas semanales y cuando no le dan rabietas llora. Si cada vez que le da una rabieta van a llamar a mi comadre o a mí para ir a resolver, entonces yo tendría que dejar de trabajar y mi comadre se convertiría en T1 de J. Voy a tener que pensar en algo para brindarles nuevamente una orientación de modificación de conducta.

Lo lindo de todo esto es que cuando llegué a recoger a J, a casa de su madrina, le pregunté como te portaste y se sonrió y me dijo “yo porté bien”. ¡YEAH RIGHT!