Es Francisco Otra Vez

Ya Francisco dejó de ser Carlos y es Francisco nuevamente. Esto le costó a la maestra dar muchas explicaciones a J, luego que mi comadre hablara con ella, y a nosotros estarlo entrenando para que entienda que él y su papá se pueden llamar igual.

Por lo menos ya cuando le preguntamos dice que su papá se llama Francisco y ya se memorizó los apellidos también.

Ayer a J le dio otra rabieta en la escuela y se encerró en la oficina del Director. Gracias a Dios que el Director nos estaba. Mi comadre llegó a tratar de sacarlo de allí y ella me cuenta que él gritaba “yo porté mal”. Mi comadre le decía que él se había portado bien pues a ella le dijeron que todo había estado bien. J seguía llorando y gritando y le costó un rato a mi comadre convencerlo para que abriera la puerta y saliera de la oficina.

Lo que ocurre es que como J cumple año el viernes yo le dije que se tenía que portar bien pues de lo contrario no había fiesta ni regalos. El se portó bien en la escuela pero hubo un incidente con unos niños y a J le dio una rabieta en el salón.

La rabieta fue por que él estaba jugando algo con otros dos chicos y ellos le decían a J que perdió. J se molestó, lloró y le dio la rabieta. Por eso era que J estaba llorando y encerrado en la oficina del Director tal vez pensaba que me darían la queja.

A propósito, están invitados al cumpleaños de J el domingo 27 de octubre en el Mc Donalds de Plaza del Oeste en San Germán. El cumpleaños comienza a la 12:45 p.m. Llueva o no llueva pues el playground es cerrado.

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En estos días las revoluciones de J están bajando. Recuerdan que mientras J estuvo en Tomatis cambio su comportamiento. De un chico sedentario, sin de voluntad, que no quería hablar ni que le hablaran con Tomatis cambió. Pasó a ser un chico jovial, a veces hiperactivo pero conversador. Ahora J está otra vez en su estado de demasiada tranquilidad, excepto cuando le dan sus rabietas.

Ayer luego de recogerlo en casa de mi comadre J venia por el camino diciendo “Yo me duele la cabeza”. Le pegunté que por que le duele la cabeza, cosa que se no es cierta, y me dijo “los niños en escuela hablan mucho”.

Luego me dijo “mami tú no hables”. Quise respetar que quería silencio y no hablé en todo el camino. Llegamos a casa y Kristian había llegado. Cuando entramos a la casa, Kristian salió a saludar a J y le dio un beso. Inmediatamente J se fue para su cuarto no sin antes decirle a Kristian, “Kristian no hables”. Kristian me pregunta “¿que le pasa al nene?” y le dije que no quería que le hablaran.

Aparentemente se sentía sobre estimulado y en la escuela el día estuvo muy ruidoso para él. Yo me fui a cocinar y hacer otras cositas y lo dejé tranquilito en su cuarto viendo la tele.

Más tarde lo bañé y cuando le fui a dar comida me dijo “habla, tengo carita feliz”.