Los otros hijos

Hago un paréntesis en las aventuras de Super J pues quiero escribirles sobre un tema que nadie toca mucho y que es muy importante. Cuando a nuestras vidas llegó este ser tan especial no enfrascamos en una guerra para vencer al monstruo que trataba de separar a nuestro hijo de la realidad y encerrarlo en otro mundo donde nosotros no éramos invitados. Comenzamos la guerra y hemos ido ganado batalla tras batalla pero en este caminar, de una forma inconsciente, nos olvidamos de los soldados de fila que luchan junto a nosotros, los otros hijos.

Hoy dedico este escrito a ellos……. Comienzo con Kristian, mi primer retoño. Nacido hace 22 años, déjenme aclararles que no soy tan vieja y todavía me queda algo. Los que me conocen en persona les pueden decir que no soy vieja; ¡MAS LES VALE!. Yo formé parte de las estadísticas de embarazo a temprana edad pero no me arrepiento. Echamos “pa lante” y hoy vivo orgullosa de los resultados. Pues como les decía, Kristian es estudiante universitario él es mi bebé y todavía está con nosotros. El dice que no me va a dejar nunca y que cuando tenga 40 años todavía estará viviendo conmigo yo le digo que no me quiera tanto. Kristian es un alma libre, es muy sencillo viste con camisetas, pantalones cortos y chanclas. Le gusta la música de Bob Marley, nada de música ruidosa, come muy saludable (casi vegetariano) y prática todo tipo de deporte, surfing, buceo, baloncesto, tennis, “you name it”. Pues Kristian ve a su hermanito como otro niño cualquiera y así lo trata. El adora a J y a veces tengo que regañarlo pues le gusta molestarlo y jugar mucho de manos con él. Siempre está pendiente del nene y es mi baby sitter emergente. ¿Cómo participa en la vida de J..? Cuando lo necesito lo lleva y recoge a la escuela, en ocasiones lo lleva a las terapias del habla y cuando hay vacaciones se queda con él a cuidarlo. Y lo más importante… lo ama incondicionalmente.

Ahora voy con Kimberly o Kimby como le dice J.. Pues mi bella y preciosa hija tiene 15 años pero la capacidad de una de 30. Es muy madura para su edad y es mi amiga y confidente. A Kimby le ha tocado una responsabilidad muy grande en este proceso. Verán, Kimby y Super J asisten a la misma escuela. Yo los dejo temprano en la escuela, pues tengo que ir a trabajar, y ella se encarga de él. Lo lleva al salón y todos los días habla con la maestra del nene para darme un reporte de progreso del chiko. Durante la hora de almuerzo de J, ella se da una escapadita del salón para ver que hace y verificar si almorzó. Ellos no almuerzan a la misma hora pero si ella no puede darse la escapadita, se lo encarga a alguna de sus amigas o amigos. Cuando al chiquitín le da una de sus rabietas en la escuela la buscan a su salón y allí va ella a bregar con su hermanito hasta que consigue calmarlo. A la hora de salida lo busca al salón y se van con la señora que me los recoge a casa de mi hermano. Allí ella lo cuida hasta que salgo de trabajar. También ella participa en el proceso de las terapias de organización neurológica ayudando a tomar el tiempo o preparar los materiales y en ocasiones si mi esposo va a llegar tarde del trabajo, ella es mi asistente en la terapia. Esta niña es muy especial y mi nene es muy apegado a ella yo diría que esa es su pana, cuate, compinche, buenos ustedes me entienden.

Aunque ellos no lo expresen, se que sienten preocupación por lo que le depare el futuro a su hermanito y estoy segura que cuando nosotros faltemos, ellos cuidaran de él.

Gracias Dios por mi hijos y en especial por haber confiado en nosotros para cuidar de un ser tan especial.