Tengo algo bueno que contarles pero a su vez esto trae otras cosas, no tan positivas. Kimberly me cuenta que ya J juega en la escuela. Ya no está sentado todo el tiempo como antes. Ahora llega a la escuela se encuentra con un nene, que siempre está allí por la mañana cuando él llega, y el nene lo invita a correr y J a correeeeeer se ha dicho. Esto está volviendo loca a Kimberly pues J se va a correr por toda la escuela, sube escaleras baja escaleras y se va a la parte de atrás del edificio. Cuando llega la hora de entrar al salón, J está sudadísimo por el corre y corre y por otro lado Kimberly también por estar detrás de J.
Ayer surgió un incidente donde la pobre Kimberly tuvo que ir al rescate de los cuates. Otra alumna de la escuela fue a buscar a Kimberly al salón pues J estaba llorando y pataleteando en el patio. Cuando Kimberly llega a la escena de los hechos se encuentra a J llorando y con una media rabieta y a un niño diciéndole “J ya no queremos jugar más, se acabó bájate de allí que te voy a llevar donde la maestra”. Les estoy hablando de otro nene de Kinder que estaba junto con la amiguita de J. La maestra de J en una ocasión me había indicado que ella siempre habla con los compañeritos de J y les explica que tienen que ayudar y cuidar a J y tenerle paciencia. Como ven, este niño precisamente estaba siguiendo las instrucciones de la maestra y trataba de ayudar a J. Kimberly le preguntó al niño que había pasado y el nene le dice que estaban jugando de esconder con J, pero que ya no querían jugar más y J insistía en seguir jugando. A todo esto, J estaba trepado en unas tablas que habían amontonadas en un lugar en la escuela y como tenia coraje no quería bajarse. Kimberly trataba de convencerlo que se bajara y él no hacia caso, cuando por fin se bajó Kimberly lo iba a llevar donde la maestra y J corrió hacia la oficina de la escuela y se escondió en la oficina del Director. Ya en este momento la maestra de J, quien se encontraba trabajando con unos documentos, se había dado cuenta de la situación y fue a buscar a J a la oficina y le pregunto ¿quieres dormir? y J le contestó, “si” y la maestra se lo llevó al salón y Kimberly puedo regresar a su clase. Ya me doy cuenta de por que J siempre se duerme en el salón. Al parecer cuando está en uno de sus episodios, la maestra lo pone a dormir para que pase el coraje y ya se está acostumbrando a tomar largas siestas.
Como ven ahora a J le gusta jugar a las escondidas, pero como es clásico en él, solo se enfoca en esa actividad y se molesta cuando sus compañeros quieren hacer otra cosa o se cansan de jugar lo mismo. Lo positivo en todo esto es que J ya juega con sus compañeritos y su círculo de amistades aumentó a 3 amiguitos. También, me alegra que por lo menos hay algunos de esos niños que están dispuestos a compartir con J sin importarles que J a veces se pone un poooco difícil. Se que hay otros niños que ni se les acercan a J y no quieren compartir con él. Pero tengo fe que en un futuro, cuando estos niños sean mayores y puedan comprender mejor, sabrán valorar a J y se darán cuenta de lo especial que es.
Anoche J me hizo reír mucho pues cuando lo bañaba, se tapaba la cara con una toalla y me decía me escondí. Lo que es la inocencia, él al descubierto solo con su cara tapada y pensaba que estaba tan escondido que yo no lo encontraba. Yo me hacia la que no lo veía y decía ¿donde estará J que no lo encuentro? y él a carcajadas.
Su sonrisa y sus carcajadas me emocionaron y les explico por que. Cuando le hacemos gracias a J o hay algún motivo que le causa sonreír, él se resiste a hacerlo. En lugar de sonreír naturalmente, él trata de no hacerlo es como si para él estuviese prohibido sonreír. Inclusive, las únicas fotos que tenemos de J donde está sonriendo de forma natural son cuando él era pequeño. Ahora cuando se le va a tomar fotos se le pide que sonría y lo que hace es una mueca, no sabe sonreír naturalmente. Por eso les digo que me emocione mucho al escucharlo reír de esa forma.
Ya ven que el juego de escondidas se ha convertido en el favorito de J.
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