Anoche me senté a escribir pero no pude ni empezar pues nos surgió una situación con J. Resulta que J llegó a mi lado llorando y me decía “toy fermo” “no quiero hospitales y que no me pinchen”.
Yo le pregunté que le pasaba y estaba nervioso y se tocaban la garganta y me decía llorando “me duele”. Se fue a su cuarto y yo fui detrás de él y le seguía preguntando hasta que me dijo “yo tragué”. Cuando me dijo esto se pueden imaginar que el corazón me dio un brinco.
Comencé a preguntarle que fue lo que se tragó pero me continuaba diciendo “yo tragué”. Francisco y yo no asustamos y seguimos preguntándole si se había echado algo a la boca. Primero nos dijo “el palito del DS”, nos pusimos histéricos pensamos llevarlo al hospital a sacarle rayos X pero primero me dio con verificar el DS y allí estaba el palito, así que eso no puedo haber sido.
Seguimos con la preguntadera y luego nos dijo “trague spaghetti” pero continuaba llorando. Finalmente y luego de un rato dijo “yo teno un iem” (M&M) y se tocó la garganta.
Entonces recordé que Kimberly había comprado unos M&M y J se antojó. Yo recuerdo que entré al cuarto de J y él me dio el paquete y me dijo de forma medio rara “no quiero”. Esto no me estuvo raro pues J nunca ha sido muy amante de los dulces.
Kimberly, que ustedes saben es nuestra enfermera, terapista, maestra y muchas otras cosas má se llevó a J y le buscó un vaso de agua. Ella le decía a J que tomara agua y como tragarla, bueno la cosa es que luego de unos minutos J entró con una gran sonrisa en sus labios. J nos dijo “el iem está aquí” y se tocaba la barriga y también decía “yo me siento muy bien”. Aparentemente Kimberly con su técnica lo ayudó a que J tomara agua y forzara a que le bajara lo que se le había quedado en la garganta. Tal vez fue una cascarita de la capa del dulce o un pedacito de maní.
Pasamos un susto pero a la vez que yo encontré el palito del DS nos tranquilizamos pues sabíamos que J nunca se echa nada a la boca ni tan siquiera de bebé. Simplemente J no se mete nada a la boca a menos que sea alimento y un alimento que él esté acostumbrado a comer. Si es algo que él no come o algo nuevo que se le da a probar, el sencillamente lo rechaza.
Tal vez eso sea un aspecto positivo de los problemas sensoriales de J, el que sea tan cauteloso con lo que se mete a la boca. El primero mira y en ocasiones hule los alimentos antes de comerlos. Y si no es de comer, él no lo mete a su boca.
Yo le pregunté que le pasaba y estaba nervioso y se tocaban la garganta y me decía llorando “me duele”. Se fue a su cuarto y yo fui detrás de él y le seguía preguntando hasta que me dijo “yo tragué”. Cuando me dijo esto se pueden imaginar que el corazón me dio un brinco.
Comencé a preguntarle que fue lo que se tragó pero me continuaba diciendo “yo tragué”. Francisco y yo no asustamos y seguimos preguntándole si se había echado algo a la boca. Primero nos dijo “el palito del DS”, nos pusimos histéricos pensamos llevarlo al hospital a sacarle rayos X pero primero me dio con verificar el DS y allí estaba el palito, así que eso no puedo haber sido.
Seguimos con la preguntadera y luego nos dijo “trague spaghetti” pero continuaba llorando. Finalmente y luego de un rato dijo “yo teno un iem” (M&M) y se tocó la garganta.
Entonces recordé que Kimberly había comprado unos M&M y J se antojó. Yo recuerdo que entré al cuarto de J y él me dio el paquete y me dijo de forma medio rara “no quiero”. Esto no me estuvo raro pues J nunca ha sido muy amante de los dulces.
Kimberly, que ustedes saben es nuestra enfermera, terapista, maestra y muchas otras cosas má se llevó a J y le buscó un vaso de agua. Ella le decía a J que tomara agua y como tragarla, bueno la cosa es que luego de unos minutos J entró con una gran sonrisa en sus labios. J nos dijo “el iem está aquí” y se tocaba la barriga y también decía “yo me siento muy bien”. Aparentemente Kimberly con su técnica lo ayudó a que J tomara agua y forzara a que le bajara lo que se le había quedado en la garganta. Tal vez fue una cascarita de la capa del dulce o un pedacito de maní.
Pasamos un susto pero a la vez que yo encontré el palito del DS nos tranquilizamos pues sabíamos que J nunca se echa nada a la boca ni tan siquiera de bebé. Simplemente J no se mete nada a la boca a menos que sea alimento y un alimento que él esté acostumbrado a comer. Si es algo que él no come o algo nuevo que se le da a probar, el sencillamente lo rechaza.
Tal vez eso sea un aspecto positivo de los problemas sensoriales de J, el que sea tan cauteloso con lo que se mete a la boca. El primero mira y en ocasiones hule los alimentos antes de comerlos. Y si no es de comer, él no lo mete a su boca.
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