Anoche J estuvo llorando y peleando casi una hora sin callarse. Ya ni recuerdo porque, creo que porque quería ver la tele en nuestro cuarto y Francisco le dijo que no.
En los planes de modificación de conducta y por la recomendación del sicólogo, se recomienda que en casos de rabietas hay que ignorar. Desde que J nació yo he aprendido a tener tanta paciencia que en ocasiones me sorprendo.
Yo tengo o tenía un carácter horrible. Tengo una personalidad explosiva y no crean que aún ante ciertas situaciones no reaccione explosivamente.
Sinembargo, cuando tiene que ver con J he aprendido a tener esta paciencia increíble y a ignorar o desviarle la atención a otra cosa durante uno de sus episodios de rabieta.
No les voy a mentir, en ocasiones me desespero pero no dejo que él note que estoy alterada o molesta pues le doy pie a que piense que me está ganando la pelea.
A veces me le voy del lado para que así él vea que no está logrando nada pero el muy sinvergüenza me sigue. Como quien dice no te vayas que voy a gritar un rato más.
Esta técnica no cae como paracaídas ni llega en un paquetito con el muchacho. Esto es algo que se domina y se perfecciona con el tiempo.
Hay personas que me dicen ¿cómo tu puedes? si yo me frustro y me desespero. Y que les puedo decir, que antes me ocurría lo mismo pero que con el tiempo uno va cambiando y ellos también.
Según crecen van madurando, aunque más lentamente que los demás, y sus comportamientos mejoran. Bueno esto es si se les trabaja con los comportamientos y la modificación de conducta.
Cuando leo artículos sobre la rabietas en los chicos, y por esto pasan todos sean típicos o no, se dice que es natural en los niños y que por lo general ocurre a los dos años pero que luego desaparecen.
Claro en el caso de nuestros hijos es distinto pues mientras ellos tengan problemas de comunicación, etc., continúan sufriendo frustraciones y por esto las rabietas.
O sea que este periodo de los “terrible twos” en J se ha convertido en los “terrible sixs” pues pasó los dos años y siguió de largo con las rabietas.
Francisco aún no ha podido lograr el “master” en paciencia. Cuando J está en una de las suyas y veo que a Francisco se le comienzan a virar los ojos y la cabeza le da vueltas como a la del “Exorcista”, comienzo a decirle “ignora, ignora”.
Entonces Francisco comienza el proceso de ignorar pero eventualmente lo veo hiperventilando y cuando los orificios de su nariz comienzan a expanderse y retraerse, este es el momento de intervenir.
Me levanto y me llevo a J del lugar o lo trato de distraer para que se le olvide su rabieta. Después de casi una hora de estar con la rabieta, tanto a mí como a J se nos ha olvidado por que fue que comenzó.
En los planes de modificación de conducta y por la recomendación del sicólogo, se recomienda que en casos de rabietas hay que ignorar. Desde que J nació yo he aprendido a tener tanta paciencia que en ocasiones me sorprendo.
Yo tengo o tenía un carácter horrible. Tengo una personalidad explosiva y no crean que aún ante ciertas situaciones no reaccione explosivamente.
Sinembargo, cuando tiene que ver con J he aprendido a tener esta paciencia increíble y a ignorar o desviarle la atención a otra cosa durante uno de sus episodios de rabieta.
No les voy a mentir, en ocasiones me desespero pero no dejo que él note que estoy alterada o molesta pues le doy pie a que piense que me está ganando la pelea.
A veces me le voy del lado para que así él vea que no está logrando nada pero el muy sinvergüenza me sigue. Como quien dice no te vayas que voy a gritar un rato más.
Esta técnica no cae como paracaídas ni llega en un paquetito con el muchacho. Esto es algo que se domina y se perfecciona con el tiempo.
Hay personas que me dicen ¿cómo tu puedes? si yo me frustro y me desespero. Y que les puedo decir, que antes me ocurría lo mismo pero que con el tiempo uno va cambiando y ellos también.
Según crecen van madurando, aunque más lentamente que los demás, y sus comportamientos mejoran. Bueno esto es si se les trabaja con los comportamientos y la modificación de conducta.
Cuando leo artículos sobre la rabietas en los chicos, y por esto pasan todos sean típicos o no, se dice que es natural en los niños y que por lo general ocurre a los dos años pero que luego desaparecen.
Claro en el caso de nuestros hijos es distinto pues mientras ellos tengan problemas de comunicación, etc., continúan sufriendo frustraciones y por esto las rabietas.
O sea que este periodo de los “terrible twos” en J se ha convertido en los “terrible sixs” pues pasó los dos años y siguió de largo con las rabietas.
Francisco aún no ha podido lograr el “master” en paciencia. Cuando J está en una de las suyas y veo que a Francisco se le comienzan a virar los ojos y la cabeza le da vueltas como a la del “Exorcista”, comienzo a decirle “ignora, ignora”.
Entonces Francisco comienza el proceso de ignorar pero eventualmente lo veo hiperventilando y cuando los orificios de su nariz comienzan a expanderse y retraerse, este es el momento de intervenir.
Me levanto y me llevo a J del lugar o lo trato de distraer para que se le olvide su rabieta. Después de casi una hora de estar con la rabieta, tanto a mí como a J se nos ha olvidado por que fue que comenzó.
2 comentarios:
Buahhhh!!! como me rio!!!
Me recordastes mucho a mi y Jose Luis...
Yo era igualita que tu, con bien poca paciencia....y pues cuando Chere esta hardcore la ignoro...mi teoria?
Eventualmente se tiene que callar, se le tapara la nariz y tendra que callarse para respirar por la boca...
Jose Luis es de corta paciencia y se torna como Francisco..jiji y yo gritando: ignorala!! ignorala!!!
a la verdad que le sacan el monstruo a cualquiera..
Mary....yo he aprendido a que cuando J activa el altoparlante, yo hago "shut down" y pierdo la audición.
Tú teoría es buena no lo había considerado,jajaja.
Pero sí, le sacan el monstruo a cualquiera.
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