Muy Confiados

Ayer estuve en la fiesta de navidad de mi trabajo y llegué tardísimo por eso no pude publicar.

A veces uno se confía demasiado. Vemos los grandes logros en nuestros chicos y que pasan días en que hay excelentes comportamientos y pensamos que todo está bien. Las cosas han mejorado tanto, que hasta nos hacemos la idea que estamos tratando con un niño típico.

J de vez en cuando se encarga de recordarnos que su condición, a pesar de él haberse superado mucho, lo acompañará siempre. Que según pasa el tiempo se podrán haber extinguido comportamiento y características pero otras aparecerán. Y ayer se lo hizo saber al personal de la escuela.

J llevaba días yo diría como 2 semanas en que había sido un niño modelo tanto en la escuela como aquí en la casa. Había sus momentos como el no querer trabajar en el salón etc., pero nada que no sea uso y costumbre en él.

Sinembargo, ayer ocurrió algo que no ocurría en mucho tiempo. A J le dio un episodio de rabietas que duró demasiado. De vez en cuando le da su rabieta pero ustedes saben que ya no eran tan fuertes como antes.

Todo comenzó por que quería comer pancakes a la hora de almuerzo y no quería los spaguetties que le prepararon. En la mañana había ido al comedor a desayunar y le ofrecieron sus galletas pero él quería pancakes. A todo esto, las empleadas del comedor muy amablemente le prepararon el pancake, claro está libre de glutén y caseína.

Cuando fue a almorzar le habían preparado spaguetties, también de la dieta, y él quería pancakes. Aquí comenzó la ronda de rabietas que perduró el resto del día. En esta ocasión no le prepararon el pancake y bien hecho pues como en la mañana lo hicieron, él piensa que cada vez que se antoje se lo harán.

La T1 se lo llevó del comedor sin almorzar y se fue, como de costumbre, un rato al patio con J en lo que mi comadre llegaba a relevarla. Ya J estaba más tranquilo y compartió un rato con los chicos.

Mi comadre le tiene una rutina a J a la hora que ella lo atiende al mediodía. Cuando ella llega a relevar a la T1, J ha estado en el patio jugando y correteando por 15 ó 20 minutos, esto bajo el sol y el calor.

Cuando mi comadre lo recoge me dice que J siempre está con la piel bien roja. Ella se lo lleva al comedor nuevamente para ella poder almorzar y en eso pues la piel de J se va refrescando. Luego que ella termina de almorzar se lleva a J a la oficina para que esté en aire acondicionado y así cuando J regresa a clases ya su piel está normal y no está sudado. Si no se hace de esta forma, J pasa el resto de la tarde rascándose y tienen que quitarle la camisa y embarrarlo de crema.

Ayer luego de salir del comedor mi comadre, como todos los días, se llevó a J a la oficina. Ella dejó a J sentado en una silla y se procedió a hacer unas llamadas por teléfono. Ella me cuenta que estaba de espaldas a J y cuando termina sus llamadas se voltea y J no estaba en la oficina.

Ella peguntó por él y una persona le dijo “yo le di permiso para irse afuera a jugar”. Mi comadre se molestó pues la desautorizaron. Ella ya había controlado a J y él estaba sentado tranquilo en la oficina y la persona lo dejó salir.

Ella fue afuera a buscarlo y no encontraba a J. Cuando por fin lo encontró, ella le dijo a J que regresara a la oficina y J comenzó nuevamente con las rabietas. Un chico trató de ayudar a mi comadre a llevar a J a la oficina y J se tiró al suelo. Luego la amiguita de J que está en tercer grado, recuerdan la que ayuda a mi comadre a cuidarlo en la escuela, logró entrarlo a la oficina y logró calmar un poco a J.

Allí estuvo un rato gritando en la oficina mientras mi comadre le explicaba a la persona que en cuanto a J se trataba no la desautorizaran pues ya ella le tiene su rutina y él está acostumbrado a seguirla. Esta es la forma que ella lo controla.

Creo que la persona le decía, tienen que dejarlo jugar. Mi comadre y la otra T1 de J, si la que tiene asignada pero que aún no está trabajando con él, le explicaban que J tiene una condición en la piel que no puede estar expuesto al calor ni el sol. Por esta razón solo se le permite estar en el patio los 15 ó 20 minutos que comparte con su T1 y luego hay que dejar que su piel se refresque por un tiempo estando en aire acondicionado.

La cosa es que la persona continuaba diciendo cosas tales como, para eso están las cremas o que le compráramos una de esas manos que vienen para rascarse la espalda para que J se pudiera rascar.

Después J tenía otra rabieta pues decía “yo porté mal y Santa me mira”. Recuerdan que les comenté en otra ocasión que J reconoce que se porta mal pero le da otra rabieta por haberse portado mal. Su madrina le decía, no te preocupes pues tú no tienes la culpa de lo que te pasa. Y es verdad, J como tantos otros chicos no pueden controlar estas rabietas y sus frustraciones es por esto que es tan importante la modificación de conducta y en este caso mi comadre ya tiene su estrategia para trabajar con él.

Pues pasó el episodio y mi comadre llevó a J al salón. J aún estaba con coraje y sus rabietas continuaron en acenso. Vio a una niña con un peluche y J quería quitárselo y aquí otra rabieta. J estaba gritando tanto y tanto que la maestra mandó a que los chicos cantaran para ver si J se calmaba. Mientras ellos cantaban J se calmaba pero si dejaban de cantar comenzaba a gritar nuevamente.

En una trató de romperle un papel de navidad que la maestra tiene pegado en la puerta pues decía que ese era su regalo. La cosa es que la maestra le contó a mi comadre que fue horrible.

J estuvo horas con las rabietas.