La Sra. Mala Suerte

Buuuuuuueno…cuando pensábamos que habíamos comenzado este nuevo año bien y como mucho optimismo, la Sra. Mala suerte decidió recordarnos que no nos libraríamos de ella tan fácil, noooooooo señor.

Déjenme ver por donde comienzo, ummmmm. Para comenzar se me dañó la computadora y esto me tiene muy mal pues esa es nuestra única terapia. Si pues no es mucho lo que salimos y nos entretenemos con la computadora.

Además no había podido publicar en el Blog ni he podido visitar a mis amigos blogueros, así que si por el momento no les dejo comentarios ya saben por que. Ahora estoy resolviendo con la computadora de Francisco pero esta es de su trabajo. Mañana Francisco se llevará la mía y ver si se puede arreglar.

Por otro lado, a J se le había realizado una evaluación para cumplir con unos requisitos del DE la cual nosotros costeamos y ahora resulta que no aparece la persona que la realizó y no tenemos los resultados. Después del tiempo y dinero invertidos, estamos donde comenzamos pues no tenemos la evaluación. Prefiero no mencionar mucho sobre esto pues realmente estoy bien frustrada, decepcionada y con coraje.

Ayer J comenzó sus terapias excepto la de TO. Cuando Francisco llegó al centro estaba completamente cerrado. Esto me preocupa pues yo traté de llamar y nadie me respondió el viernes. En las demás terapias le fue bien a J, se portó muy bien.

Y lo que más que me preocupa de todo es que hace un rato Francisco salió para sala de emergencias pues tiene un dolor en la parte baja de la espalda que no lo aguanta. Ya no pudo más y se fue a sala de emergencia para que verifiquen de donde viene este dolor. Yo no puede acompañarlo pues estoy sola con J.

Todas estas cosas que nos están ocurriendo tienen solución y aunque no dejan de afectar a uno pues mientras sean cosas así no es tan malo. Pero cuando tienen que ver con la salud, allí si es verdad que me pongo mal.

Francisco y yo estábamos hablando y analizando nuestra situación y llegamos a la conclusión de que tanto él como yo estamos depresivos. Esto más bien lo hablamos en forma de broma pero si alguien nos analizara llegaría a esta conclusión.

Hablamos de que no salimos a ningún lugar, de que como dice J no compartimos con amigos, ambos estamos agotados física y mentalmente, los días pasan y pasan y no nos damos cuenta, el tiempo no da para nada, siempre hay algo. Cuando no se daña una cosa, se daña la otra. Siempre hay algo relacionado a J, ya sea con la escuela, con sus terapias pero gracias a Dios no con su salud y por esto le doy muchas gracias a Dios.

Pero una cosa si me brinda esperanza, ver a J sonreír y sabemos que a pesar de todo J es feliz. J no se da cuenta de los problemas que nos rodean y vive sus días no pensando en cosas negativas sino riendo y disfrutando el momento.

J es nuestro rayito de luz en medio de nuestros problemas. J es nuestro eterno arcoiris.