Nos Quedamos Fuera

Si supieran lo que me ocurrió ayer. Salí temprano del trabajo pues quería recoger a J en la casa de Kristian y llegar a cocinar.

Recojo a J, casi ni hablé con Kristian pues quería llegar a la casa y me fui rumbo a la casa. Llegamos nos desmontamos del carro sacamos los bultos y cosas con las que J siempre anda y cuando busco las llave de la casa en mi cartera, no los encontraba.

Busqué, busqué y busqué y no aparecían las llaves. Eran apenas las 5:30 de la tarde y Francisco por lo general no llega a la casa hasta las 7:00 p.m. Intenté llamarlo pero no lo conseguí. De todas formas aunque lo hubiese conseguido, tendría que esperar bastante a que llegara.

J cuando se dio cuenta lo que sucedía comenzó a ponerse ansioso y me decía, “tenemos que entrar a la casa pero no hay llave”. Recogí todos los bultos nuevamente y los metí al carro me senté con J y lo único que se me ocurrió fue irme a llevar a J a comer para matar tiempo.

Cuando voy de camino se me ocurre irme al Shopping Center a cambiar unos zapatos de J que le había comprado y que por suerte los tenía en el carro. Nos fuimos al Shopping Center y para mala suerte allí hay una tiene de juegos electrónicos y J lo sabe.

J me decía, “vamos a la tienda a mirar los juego” “no vamos a comprar mami solo a mirar”. Yo le dije que no pero el seguía insistiendo en ir a mirar. Yo todavía no había conseguido la tarjeta de memoria para el PSP que le van a regalar los Reyes y pues pensé en entrar y aprovechar para ver si la conseguía. J se puso a mirar los juegos y mientras yo disimuladamente fui y pregunté a una empleada si tenían la tarjeta pero me dijo que no.

En eso J me dice de un juego que vio que hace mucho tiempo él lo venia pidiendo y nunca lo conseguimos. Imagínense es para el Game Boy, él no me decía nada pero me miraba. El juego estaba barato y pues que les digo, se lo compré. Es que mi corazón de madre es blandito a veces. Cuando salimos de la tienda él me miró, se sonrió y me dijo “gracias mami yo te quiero”.

En fin llegamos a casa a eso de la 7:00 p.m. y cuando yo estaba estacionándome, Francisco también estaba llegando y pudimos entrar a la casa.

Más tarde a J le dio una mini rabietita pues quería jugar y Francisco le decía que se tenía que acostar a dormir y que mañana jugaba. J comenzó a llorar y estaba enojado, estuvo un rato diciendo que quería jugar y Francisco le decía que no.

La cosa es que J se fue a sentar en su esquinita tapado con su comforter, aún llorando y con coraje, y en una se destapa y dice “ese es malo” refiriéndose a su papá.

A Francisco y a mi nos dio mucha risa pues J luego se refería a Francisco como “Ese”.