J Me Confunde

Queremos desearle un Feliz Cumpleaños a nuestra amiga Betzabe. Te deseamos lo mejor y sobre todo Bendiciones y mucha felicidad.

Ahora hasta Yo misma me confundo con J. En ocasiones anteriores comenté que para nosotros J tiene la madurez de un niño de 3 ó 4 años. Nuestro amigo Eduardo me envió un mail donde nos indica que no coincide con esta percepción que tenemos.

A lo que me refiero es que J no tiene los intereses de un niño de su edad y tampoco se comporta como tal. Por ejemplo, un niño de la edad de J por lo menos con los que he tenido la oportunidad de compartir, se expresan muy bien y hablan de temas de los cuales J no habla.

Un niño de la edad de J no andaría por allí cargando con peluches para todos lados y sacándolos frente a todos, inclusive en la escuela. Sin embargo esto sería más común verlo en niños más pequeños.

El primito de J que solo se llevan 1 mes de diferencia en edad, ya habla de las nenas en la escuela, habla de la música que le gusta escuchar, anda escuchando música, etc. Entre J y su primo a pesar de tener la misma edad, la diferencia entre ambos en este sentido es mucha.

Por otro lado, está lo que comentó la terapeuta del habla sobre el comportamiento de J de como le decía a los otros niños que había que seguir las instrucciones y quería controlarlos.

Ese mismo día cuando fuimos a la tienda de juguetes J hizo algo que nos sorprendió muchísimo. J estaba caminando por la tienda tratando de escoger que juguete quería que le compráramos. Francisco se fue a mirar para otro lado y Yo también me fui en otra dirección. Claro, ninguno se alejó mucho del área donde estaba J. De momento veo que Francisco camina a paso ligero hacia el área donde están los empleados y la caja registradora y pues me dio curiosidad y me fui tras Francisco.

J estaba hablando con una de las empleadas y cuando llegué al lado de Francisco, J se dirigía hacia otro lugar. Francisco me dice “por lo menos se defiende” le pregunté que ocurrió y me dijo que J había ido donde la empleada a preguntarle donde se encontraban los juguetes de Sonic. Claro J no lo dijo exactamente así pero la muchacha lo entendió de lo más bien.

Antes de preguntarle a la empleada ya le habíamos mostrado a J los juguetes de Sonic pero no habían los que el quería. Nos imaginamos que J preguntó tal vez con la esperanza de que le dijeran que había más juguetes de Sonic en otro lugar.

Al rato J volvió donde la empleada y le estaba preguntando lo mismo nuevamente y Yo intervine y le expliqué que no había nada más. La empleada cuando me escuchó hablar con J le dijo “papi lo único que tenemos es lo que hay allí en la góndola”.

Nos fuimos de la tienda y cuando íbamos saliendo la muchacha le dijo a J “adiós amigo, tienes unos ojos preciosos”. Cuando la muchacha le dijo esto a J, él solo le dijo “si” entonces le dije a J, “dile gracias y adiós a la muchacha” entonces fue que J dijo “gracias, adiós” pero sin mirarla y siguió caminando fuera de la tienda.

Esta fue una acción que demostró madurez en J, el ir y preguntar por algo de su interés. Tal vez muchos niños no se hubiesen atrevido ir donde la empleada a preguntar.

J me confunde.