J Tiene Una Nueva Tarea

Les cuento que Francisco ayuda a su papá cuidándole unos gallos de pelea que mantiene en un área de la finca. Cuando surgió lo de J con el pavo y que quería un pollito, a Francisco se le ocurrió llevarse a J a donde están los gallos pues también hay gallinas con pollitos.

De esa se le quitó la manía a J. Me dice Francisco que J se asustó y salió corriendo del área. Nosotros no los imaginábamos pues como les había comentado, J les tiene miedo a muchos animalitos vivos. De hecho, últimamente hay muchas cosas yo diría que demasiadas a las que J le tiene miedo.

En otros temas, ayer fui a hablar con Santa y regresamos sin hablar con él. Gente no pudimos decidir por nada. Vimos muchas cosas que a nosotros nos gustaron pero esto no se trata de nosotros sino de lo que a J le gusta.

Ya hemos tomado la firme decisión de no repetir errores de años anteriores. Regalarle muchas cosas y luego verlas en las cajas de juguetes muchas de ellas sin que J ni siquiera haya jugado con ellas. Veremos a ver que nos inventamos de aquí a noche buena.

Hoy J se portó bien en la escuela aunque trabajó a velocidad lenta. Luego de tantos días sin clase, pues hoy iba como medio perdido y se veía cansado.

Hoy mi comadre me dijo que ahora J tiene una nueva función en el salón. Esa maestra de J es una general. Ahora ella envía a J a que se pare al frente y vele al grupo aparentemente mientras ella hace otras tareas. Se supone que J anote en la pizarra los nombres de los niños que están hablando mientras la maestra da la clase o hace alguna otra cosa.

Pero analicemos el propósito real de todo esto. Cuando J no quiere hacer nada o se queja de sueño, la maestra trata de captar su atención asignándole alguna tarea, como esta, para evitar que se le duerma o le vaya a dar unos de sus arranques. También, lo hace escribir que es algo que J detesta muchísimo. Al pedirle que anote los nombres de los niños, lo hace escribir en la pizarra y aquí practica la escritura y le fomenta el aprenderse los nombres de los niños.

Eso si, J llegó todito lleno de tinta del marcador que usan para escribir en la pizarra. Pero no importa después que esto ayude a J, que se escriba todo lo que quiera. Recuerdo cuando yo estaba en la escuela, el coraje que me daba cuando apuntaban mi nombre en la pizarra y ahora mi hijo es uno de esos que apuntan nombres. ¡Oh Dios!

Le pregunté a J que la maestra lo mandó a escribir en la pizarra y me dijo “no sé, escribí muchos nombres”. Dios mío pobre chicos tal vez J se volvió loco escribiendo nombres y los pobres muchachos ni tan siquiera estaban hablando. Le expliqué que tiene que escribir solo los nombres de los niños que se portan mal y hablan cuando no deben y me dijo “los niños portaron mal”.