Una Mirada al Futuro

Anoche cuando Francisco llegó con J de la terapia de Tomatis, como de costumbre le pregunté como les había ido.

Noté a Francisco un poco triste y lo único que me dijo fue “no me gusta ir a recoger a J a la escuela”. Este comentario me sorprendió y le pregunté por que decía eso. El se limitaba a decirme “no me gusta”. A insistencias me contó que era lo que le ocurría.

El me dice que cuando llegó ese día a recoger a J a la escuela lo encontró sentado en la cancha con Amos en una mano y un papel en la otra. Para los que son nuevos en el Blog, Amos es una vaca de peluche que le tienen a J en la escuela. Desde el primer día que J llegó a la escuela vio esa vaca en el salón de Educación Especial y se encariñó con ella.
De esto hace casi dos años y todavía J carga con Amos en la escuela. Los fines de semana se la prestan para que la traiga a casa y yo la lavo.

Francisco me dice que llegar y encontrarse a J sentando con la vaca en una mano y en la otra un papel con un dibujo de Mario, que le hizo una niña de su salón, le causo tristeza. Tristeza por que J estaba sentado solito en un banco mientras los demás niños jugaban. Francisco me dijo “ahora no es tan malo pero que pasará de aquí a unos años cuando J sea más grande y los muchachos de su edad se burlen de él porque anda con un peluche o cosas raras.

J ha tenido esta costumbre por mucho tiempo. En la casa tiene a Mario el osito y con ese carga para todos lados y en la escuela tiene a Amos.

Yo le dije a Francisco que tenemos que estar preparados para todas estas cosas pues nosotros sabemos que la vida de J tal vez nunca será típica y tampoco fácil. Lo mejor que podemos hacer, y como mencioné en el post anterior, es tratar de enseñarle a seguir reglas sociales para que de esta forma se minimice la posibilidad de que sea blanco de burlas y su vida sea menos difícil.

Creo que no nos resta nada más por hacer salvo esperar y ver que ocurre en el mañana.