Ayer estuvimos en el cumpleaños de los primitos gemelos de J, Ian y Mia. J disfrutó de principio a fin brincando en una casa de brincos que tenían en la fiesta. A pesar de ciertos incidentes J disfrutó pues J a veces no entiende muchas de las cosas que ocurren a su alrededor.
A veces es mejor el que J no se de cuenta de ciertas cosas pues creo que sufrirá menos. Digo esto pues si no hubiese sido por nuestra intervención, J hubiese sido objeto maltratos y golpes por parte de otros chicos.
Sucede que cuando J se mete a una de estas casas de brinco, se le hace difícil comprender que tiene que salir y darle oportunidad a otros. Todo estaba bien por lo menos durante las primeras dos horas luego de que llegamos a la fiesta. En la casa de brinco había pocos chicos por lo que estuvieron allí brincando como les dio gusto y gana.
Una vez comenzaron a llegar más niños, llegó un momento en que los dueños de los inflables comenzaron a hacerlo por turnos. Esto es bien común con este tipo de diversiones pues puede haber cierta cantidad de niños a la vez y también suelen dividirlos por tamaños para que los pequeños no corran peligro de ser lastimados por los más grandes.
Aquí fue cuando comenzó el problema. Mientras J estuvo brincando y no lo sacaban, él salía solito y nos buscaba para tomar agua. Nosotros estábamos sentados al otro lado del área donde estaba la casa de brinco y no veíamos a J. Pero mis suegros estuvieron pendientes a él. En una de las que J vino a tomar agua, tenia un semblante como de coraje. Le pregunté que le ocurría y me dijo “yo estoy haciendo turno en la casa de brinco”. Me sorprendió que me dijera esto, pero a la vez me dio mala espina pues él se veía molesto. Pensé que como había venido a tomar agua, perdió su turno en la fila y cuando regresara a querer entrar no se lo iban a permitir.
Decidí irme a la casa de brinco a ver como estaba la situación y estar pendiente a J, por si acaso. Llegué y me encontré con lo que me temía. J llegó a la fila y quiso entrar, pues ya habían entrado los que estaban haciendo fila con él, y la persona que estaba a cargo no se lo permitió. Mi suegra se le acercó, hablo con la persona y lo dejaron entrar.
No se que le dijo mi suegra pero logró que dejaran entrar a J. Yo me quedé allí observando y J brincaba feliz, eso si pegadito de las esquinas pues habían unos chicos haciendo maromas y hasta peleando pero J se mantenía retirado de ellos.
Creo que les estaban dando turnos de 15 minutos y cuando llegó el momento de que el grupo saliera para que entraran los otros chicos, J se quedó pegado de una esquina y no se movió. Los demás chicos que se tuvieron que salir comenzaron a gritarle a J que se saliera y la persona que estaba manejando la casa de brinco les decía, déjenlo allí. El primito de J tampoco se salió pero como él era el que cumplía años pues los demás chicos no le decían nada.
La cosa es que cuando le tocó al otro grupo salir, J hizo lo mismo y se quedó dentro de la casa de brinco. Otra vez comenzaron los chicos a gritarle que se saliera y el primito que también se quedó les decía “déjenlo quieto que él se queda aquí”.
Entraron los chicos grandes y tan pronto entraron uno fue directito donde J y lo empujó y le dijo, “tú no oyes que te dije que te salieras”. Yo intervine y le pedí al chico que no empujara a J y entonces se le fue del lado. A todo esto, J no reaccionó y siguió brincando y me decía “hola mami”. Ya para este momento Francisco estaba a mi lado y lo vi afectado por lo que estaba ocurriendo.
Este no fue el único incidente, otro chico casi dos veces el tamaño de J también se le acercó y le dijo algo pero no lo escuché y otro estaba brincando cerca de J y de vez en cuando lo empujaba simulando que había tropezado con él.
A todo esto yo traté de hablar con J y explicarle que tenia que salir y hacer turno, pero J se me iba del lado y no salía.
Así estuvo por un largo rato hasta que logramos que saliera de la casa de brinco. Le dijimos que nos íbamos y J aceptó tranquilo pues estaba cansado. Pero su tío no quería que J se fuera hasta que cantaran el cumpleaños feliz y convenció a J que se quedara un rato más.
Yo le dije a J que no regresaría a la casa de brinco y J se quedó sentado con nosotros. J feliz jugando con un globo de helio que su abuela le había amarrado a la mano.
J jugando con un globo como si fuera un niño de tres años mientras los otros chicos de su edad hablaban de temas como las chicas que le gustaban, de carros, etc.
Yo veía esto y el corazón se me torcía, J igual o mucho más grande en tamaño que la mayoría de los chicos que estaban allí pero a la vez su madurez mental mucho menor.
Yo pienso que estas situaciones se dieron tal vez por que los demás chicos no estaban al tanto de que J no entendía que tenia que salirse de la casa de brinco y lo vieron como injusto que ellos tuvieran que salirse y él no. También se dieron porque no pudimos lograr que J entendiera que hay unas reglas que seguir. Pero trataremos de que para una próxima ocasión, J entienda que si quiere participar en este tipo de actividad tiene que aprender a seguir reglas igual que todos los demás.
Lo que ocurrió ayer nos sirve de lección en que hay que continuar preparando a J para comportarse y reaccionar adecuadamente a las reglas de convivencia. El que J tenga una condición no implica de que sea tratado con preferencia ni que le tomen lastima y se le permita no seguir reglas.
Así que la próxima vez que J quiera jugar en una casa de brincos si no entiende que tiene que hacer turnos y salir cuando se lo indiquen, pues entonces no participará.
A veces es mejor el que J no se de cuenta de ciertas cosas pues creo que sufrirá menos. Digo esto pues si no hubiese sido por nuestra intervención, J hubiese sido objeto maltratos y golpes por parte de otros chicos.
Sucede que cuando J se mete a una de estas casas de brinco, se le hace difícil comprender que tiene que salir y darle oportunidad a otros. Todo estaba bien por lo menos durante las primeras dos horas luego de que llegamos a la fiesta. En la casa de brinco había pocos chicos por lo que estuvieron allí brincando como les dio gusto y gana.
Una vez comenzaron a llegar más niños, llegó un momento en que los dueños de los inflables comenzaron a hacerlo por turnos. Esto es bien común con este tipo de diversiones pues puede haber cierta cantidad de niños a la vez y también suelen dividirlos por tamaños para que los pequeños no corran peligro de ser lastimados por los más grandes.
Aquí fue cuando comenzó el problema. Mientras J estuvo brincando y no lo sacaban, él salía solito y nos buscaba para tomar agua. Nosotros estábamos sentados al otro lado del área donde estaba la casa de brinco y no veíamos a J. Pero mis suegros estuvieron pendientes a él. En una de las que J vino a tomar agua, tenia un semblante como de coraje. Le pregunté que le ocurría y me dijo “yo estoy haciendo turno en la casa de brinco”. Me sorprendió que me dijera esto, pero a la vez me dio mala espina pues él se veía molesto. Pensé que como había venido a tomar agua, perdió su turno en la fila y cuando regresara a querer entrar no se lo iban a permitir.
Decidí irme a la casa de brinco a ver como estaba la situación y estar pendiente a J, por si acaso. Llegué y me encontré con lo que me temía. J llegó a la fila y quiso entrar, pues ya habían entrado los que estaban haciendo fila con él, y la persona que estaba a cargo no se lo permitió. Mi suegra se le acercó, hablo con la persona y lo dejaron entrar.
No se que le dijo mi suegra pero logró que dejaran entrar a J. Yo me quedé allí observando y J brincaba feliz, eso si pegadito de las esquinas pues habían unos chicos haciendo maromas y hasta peleando pero J se mantenía retirado de ellos.
Creo que les estaban dando turnos de 15 minutos y cuando llegó el momento de que el grupo saliera para que entraran los otros chicos, J se quedó pegado de una esquina y no se movió. Los demás chicos que se tuvieron que salir comenzaron a gritarle a J que se saliera y la persona que estaba manejando la casa de brinco les decía, déjenlo allí. El primito de J tampoco se salió pero como él era el que cumplía años pues los demás chicos no le decían nada.
La cosa es que cuando le tocó al otro grupo salir, J hizo lo mismo y se quedó dentro de la casa de brinco. Otra vez comenzaron los chicos a gritarle que se saliera y el primito que también se quedó les decía “déjenlo quieto que él se queda aquí”.
Entraron los chicos grandes y tan pronto entraron uno fue directito donde J y lo empujó y le dijo, “tú no oyes que te dije que te salieras”. Yo intervine y le pedí al chico que no empujara a J y entonces se le fue del lado. A todo esto, J no reaccionó y siguió brincando y me decía “hola mami”. Ya para este momento Francisco estaba a mi lado y lo vi afectado por lo que estaba ocurriendo.
Este no fue el único incidente, otro chico casi dos veces el tamaño de J también se le acercó y le dijo algo pero no lo escuché y otro estaba brincando cerca de J y de vez en cuando lo empujaba simulando que había tropezado con él.
A todo esto yo traté de hablar con J y explicarle que tenia que salir y hacer turno, pero J se me iba del lado y no salía.
Así estuvo por un largo rato hasta que logramos que saliera de la casa de brinco. Le dijimos que nos íbamos y J aceptó tranquilo pues estaba cansado. Pero su tío no quería que J se fuera hasta que cantaran el cumpleaños feliz y convenció a J que se quedara un rato más.
Yo le dije a J que no regresaría a la casa de brinco y J se quedó sentado con nosotros. J feliz jugando con un globo de helio que su abuela le había amarrado a la mano.
J jugando con un globo como si fuera un niño de tres años mientras los otros chicos de su edad hablaban de temas como las chicas que le gustaban, de carros, etc.
Yo veía esto y el corazón se me torcía, J igual o mucho más grande en tamaño que la mayoría de los chicos que estaban allí pero a la vez su madurez mental mucho menor.
Yo pienso que estas situaciones se dieron tal vez por que los demás chicos no estaban al tanto de que J no entendía que tenia que salirse de la casa de brinco y lo vieron como injusto que ellos tuvieran que salirse y él no. También se dieron porque no pudimos lograr que J entendiera que hay unas reglas que seguir. Pero trataremos de que para una próxima ocasión, J entienda que si quiere participar en este tipo de actividad tiene que aprender a seguir reglas igual que todos los demás.
Lo que ocurrió ayer nos sirve de lección en que hay que continuar preparando a J para comportarse y reaccionar adecuadamente a las reglas de convivencia. El que J tenga una condición no implica de que sea tratado con preferencia ni que le tomen lastima y se le permita no seguir reglas.
Así que la próxima vez que J quiera jugar en una casa de brincos si no entiende que tiene que hacer turnos y salir cuando se lo indiquen, pues entonces no participará.
9 comentarios:
Estas situaciones son las peores, sobre todo para nosotros los padres, y las caras que ponen los que están alrededor, pero hay que seguir enseñándoles , pues nada, saluditoss desde gran canaria.
Hola Rocanaria....uno como que nunca se acostumbra por completo a estas situaciones, pero pa'lante.
Yoly
Siempre hay un aprendizaje. Làstima que yo tambièn sentì muchas ganas de protegerlo a Super J cuando te dijo HOLA MAMI!!. Sì se da cuenta de todo, pero tiene tanta bondad que no le sale reaccionar con malos modos. Ojalà todos fueran asì!!
Estas situaciones siempre son las mas dificiles para mi, porque al igual que J, Chere no tiene un buen concepto de las reglas sociales y veo como otros chicos aveces le hacen la vida cuadritos.
Pero estoy de acuerdo contigo, tenemos que seguir trabajando para que traten de seguir las reglas sociales, porque va ver un dia, que no estaremos ahi para guardarlos de quien los pueda 'empujar'.
Laura...precisamente eso es lo que me temo, que él es demasiado sano y no sabe como reaccionar. Ojalá aprendiera a defenderse pues no me sentiría tan preocupada.
Mary P...espero esten bien y la Chere bella preciosa espero se esté portando muy bien.
Es lo que queremos lograr, que J aprenda a denfenserse y no dependa tanto de nosotros. Amiguita, esto no es facil.
Qué dificil!!!
Cómo hacer para que no sufran!!!
Quizás si los otros chicos hubieran sabido mirar a J como un niño más pequeño, hubieran comprendido un poco mejor.
Valen aún es muy chica y todavía no vivimos situaciones así /tiene 2 años y medio), pero cuando los chicos me preguntan que edad tiene, yo siempre les digo que la tienen que mirar como una beba de 1 añito...
No se si está bien, pero quizás de esa manera cambien las expectativas que tienen sobre su esperable comportamiento.
Besos!
Fabi
HOLA! YOLY,COMO ESTA, ESPERO QUE BIEN Y QUE EL SEÑOR BENDIGA MUCHO A SU HIJO, PUES MI NOMBRE ES NAILEEN TORRES,DE 25 AÑOS Y SOY MADRE DE 2, UNA NIÑA DE 6 AÑOS QUE POR CIERTO TAMBIEN SE LLAMA KIMBERLY, Y NATANAEL DE 2 AÑOS Y MEDIO DEL CUAL ES QUIEN LE QUIERO HABLAR, PUES AUNQUE TODAVIA NO TENGO UN DIAGNOSTICO PUES HA SIDO BIEN PREOCUPANTE EL DESARROLLO DE MI NIÑO,Y MUCHOS ESPECIALISTAS YA ME HAN DICHO QUE PRESENTA MUCHOS RASGOS DE AUTISMO,PUES CREAME QUE DESDE ENTONCES ESTOY COMO UNA LOCA BUSCANDO INFORMACION DE AQUI Y DE ALLA Y ME HA INSPIRADO LO QUE HE LOGRADO LEER SOBRE SU FAMILIA Y SU HIJO, BUENO LE DIRE QUE TENGO UN REVOLU EN MI MENTE PUES HE LEIDO SOBRE TANTAS COSAS, QUE SI LA TERAPIA TOMATIS,QUE SI LA DIETA SIN GLUTEN Y CASEINA,LOS BAÑOS DE ARCILLA MAGNETICA, PUES LE ESCRIBO POR QUE ESTOY DESESPERADA YA MI NENE ESTA EMPEZANDO CON UNA SERIE DE EVALUACIONES Y YA ESTA RECIBIENDO AYUDA, PERO YO NO ESTOY CONFORME Y ME INTERESA SABER SOBRE LOS TRATAMIENTOS QUE USTED LE HA HECHO A SU NIÑO,ESPECIALMENTE LA TOMATIS, Y LA DIETA QUE ME TIENE MEDIA CONFUNDIDA , Y ES QUE APENAS ESTOY EMPEZANDO, POR FAVOR YO LE PIDO QUE PORFAVOR ME PUEDA EXPLICAR BIEN DONDE CONSEGUIR LOS SUPLEMENTOS DIETETICOS PARA MI HIJO,Y COMO SERIA EL PROCEDIMIENTO DE LA DIETA,Y YA HE LEIDO SOBRE LA TERAPIA TOMATIS , PERO UNA COSA MUY IMPORTANTE NO LA SE, CUANTO CUESTA, Y COMO SE PAGA, POR FAVOR AYUDEME POR LO MENOS A EXPLICARME DONDE ES QUE TENGO QUE IR A CONSEGUIR ESOS RECURSOS, SE ME OLVIDABA DECIRLE QUE SOY DE PONCE,P.R.,LE VOY A DEJAR MI EMAIL PARA QUE ME PUEDA DEJAR CUAQUIER MENSAJE,SWEETHEART.24@HOTMAIL.COM Y DE VERDAD A CONFIANZA MI NUMERO ES 787-923-9208 ME PUEDE LLAMAR, QUE ME ALEGRARIA MUCHO UNA LLAMADA DE USTED, BUENO MUCHAS GRACIAS, ESPERO QUE RECIBA MI MENSAJE, Y DE VERDAD , DIOS LA BENDIGA A USTED Y SU FAMILIA,Y SIGAN HACIA ADELANTE, ATT. NAILEEN TORRES. P.D. LE ESCRIBI POR AQUI POR QUE FUE EL UNICO LUGAR QUE CONSEGUI PARA ESCRIBIRLE,DIOS LE BENDIGA.
Sweetheart.....primero te quiero decir que no te desesperes. Me estaré comunicando contigo proximamente y en lo que pueda te orientaré.
Yoly:
Amiga ,Amiga!!!
Como ya sabes no es fácil.
Pero sabes qué?
Yo que tu busco la forma y manera de explicarle que J es un nene igual que los demás que hay que tenerle paciencia , y de antemano prepara a las personas que son las encargadas.
J disfruta de actividades a su nivel , los demás que aprendan a lidiar con eso.
Te lo digo con el corazón en la mano puesto que mi hija por su condición de Espina Bífida e Hidrocefalia ( silla de ruedas y válvula) no podía y quería jugar con las nenas.Ella se daba cuenta puesto que su deficiencia es solo física y en terminos de análisis y comprensión ,con diabetes tipo I , más dífil los cumpleaños.
Nada terminaba yo jugando con las nenas y poco a poco integrando a mi hija , créeme que uno sufre , pero verle la carita feliz unos momentitos " priceless"
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